Como desalojaron a los habitantes de la comunidad de tabaco en La Guajira.

domingo, 24 de abril de 2011

La unidad del pueblo colombiano descarrilará la "aplanadora" minera.

ombiano descarrilará la "aplanadora" minera

La unidad del pueblo colombiano descarrilará la "aplanadora" minera

Mario Alejandro Valencia, Grupo de Minería de Cedetrabajo, Bogotá, abril 24 de 2011

El 8 y 9 de abril se reunieron en Bogotá delegados de importantes sectores sociales, amenazadas por el avance descontrolado de la minería.
Contrario a lo que las trasnacionales y sus defensores de oficio creen, muchas de las organizaciones que conforman RECLAME, la Red Colombiana Frente a la Gran Minería Trasnacional, no están en contra de la minería, sino de la actual política y de la forma como se realiza esta actividad, porque no le sirve a los propósitos de desarrollo de la nación.
Hace poco más de un año, con la creación de RECLAME en febrero de 2010, esta discusión quedo zanjada al concluir que el aspecto central a resolver en cuanto a la minería colombiana era la gran minería trasnacional. La comprensión de este punto ha permitido, por ejemplo, juntar en este espacio amplio de articulación a sectores ambientalistas con mineros artesanales, pequeños y medianos; ambos representando intereses que se ven amenazados por el avance de la mal llamada “locomotora minero-energética”, al servicio del capital financiero y monopolista internacional, que tanto daño le ha causado al progreso del país.
Con este acuerdo, se inició un trabajo colectivo de educación, divulgación, organización y movilización, que ya dio sus primeros frutos con el ejemplar proceso del Comité Pro Defensa del Páramo de Santurbán, que detuvo el proyecto minero de Angostura, de la multinacional Greystar. Allí se juntaron, por un lado, los sectores tradicionales de lucha: ambientalistas, estudiantes, sindicatos, organizaciones sociales y populares. Además, conscientes de la enorme amenaza, se sumaron consecuentemente otras esferas que representan a los empresarios nacionales: Fenalco, la Sociedad Santandereana de Ingenieros, la Sociedad de Mejoras Públicas, e importantes medios de comunicación. Un verdadero proceso de unidad, que deberá replicarse en otros planes de similar naturaleza que amenazan el medio ambiente, la permanencia en el territorio, la producción agropecuaria y el bienestar social y económico de las comunidades. Están latentes los casos de La Colosa, Marmato, Mandé Norte, la expansión en la Guajira y Cesar, los del Sur de Bolívar y Cauca, sólo por mencionar algunos.
Tras un año de actividades y avance en la resistencia civil, las organizaciones que hacen parte de RECLAME y otras que se han ido sumando, se congregaron para evaluar el trabajo y definir un plan de acción conjunto que plantee estrategias en el camino trazado: enfrentar a la gran minería trasnacional.
Una vez más, se ratificó el compromiso por la unidad en torno a este punto de acuerdo. Se asumió la responsabilidad de construir y fortalecer espacios de confluencia a nivel regional, allí en las comunidades y los territorios en donde las trasnacionales mineras han puesto sus ojos para satisfacer su voracidad, sin importar el costo. Además con el Estado actuando como secuaz, no sólo abandonando a las comunidades, sino poniéndose del lado de los intereses corporativos para atacar la población.
Colombia necesita una política minera que recupere el control de sus recursos naturales. En donde la nación, de forma autónoma, decida dónde, cómo, cuánta y para qué hacer minería. Que solucione los problemas de la pequeña y mediana minería como lo que son: aspectos sociales y económicos, y no de policía. Que garantice el respeto a los derechos humanos, laborales y ambientales. Que obligue al capital privado a pagar regalías e impuestos que realmente le generen beneficios a la economía y se queden en los municipios, y que les exija compensar los daños que provoca.
El Plan Nacional de Desarrollo de Santos y su apuesta por los recursos minero-energéticos, de hecho son prueba de que el gobierno no está dispuesto a cambiar ni un centímetro la orientación del modelo económico que nos mantiene sumergidos en el atraso. Quienes a pesar de las evidencias esgrimen esperanzas en el actual gobierno, más que ingenuos son cómplices. El 27 de abril los pequeños y medianos mineros colombianos saldrán a las calles a proteger su forma de vida. Por fortuna, las recientes movilizaciones y protestas de camioneros, lecheros, comunidades y estudiantes han demostrado con éxito el camino a seguir

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