Como desalojaron a los habitantes de la comunidad de tabaco en La Guajira.

martes, 12 de febrero de 2013

COMUNIDADES INDIGENAS WAYUU Y AFROS CON SINTRACARBON

sábado, 26 de enero de 2013

¿En vilo concesión en el Tayrona?

Por: Viviana Londoño Calle

Tutela instaurada por Clara López busca tumbar contrato con Aviatur, debido a que el Gobierno no hizo consulta previa con los indígenas.

Por estos días, justo cuando los reflectores están puestos en el Parque Nacional Tayrona por los intentos de Arrecifes S.A. y la multinacional hotelera Six Senses de obtener la luz verde para un proyecto turístico en la zona protegida y, sin duda, por la cuestionada licencia ambiental otorgada al proyecto Los Ciruelos, ubicado también en el parque, una nueva polémica sale a la luz pública. Se trata de una tutela instaurada por la presidenta del Polo Democrático, Clara López, y la Fundación Misión Colombia en contra de Parques Nacionales a propósito de la concesión entregada en 2005 a la Unión Temporal Concesión Tayrona.
La demanda, que ya fue admitida por el Tribunal Administrativo del Magdalena, busca que dicha concesión para el préstamo de los servicios ecoturísticos, la dotación, el mantenimiento y la construcción de la infraestructura física del parque, quede sin ningún efecto.
Los motivos en los que se basa la petición se resumen en que Parques Nacionales no hizo la consulta previa con las comunidades indígenas kogui, arhuaca, wiwa y kankuama, antes de entregar la concesión. El documento recalca que “las comunidades indígenas de la zona no fueron tenidas en cuenta, como si no existieran”. Aunque no hay un resguardo como tal, en el Parque Tayrona viven actualmente alrededor de 6.000 familias, y cerca de 40.000 indígenas de las cuatro etnias llegan a lo largo del año al lugar para hacer diferentes rituales, lo que explica por qué debían opinar al respecto, como señala el abogado Alejandro Arias, quien también participó en la demanda. Según el Decreto 2164 de 1995, los sitios en los que las comunidades realizan actividades sociales, económicas y culturales también son consideradas como territorios indígenas.
La historia de la concesión
En la década de los 80 el Gobierno construyó 14 pequeñas cabañas (ecohabs) en la zona de Cañaveral del parque, en donde se alojaron los turistas, pagándole directamente al Estado hasta 2005. Ese año, el Gobierno decidió entregar en concesión los servicios turísticos (incluida una zona de playa, comedores, algunos senderos y la taquilla) y la Unión Temporal Concesión Tayrona —cuyo socio mayoritario es Aviatur— se quedó con el contrato.
Esa es precisamente la acción para la que se debió tener en cuenta a los indígenas, debido a que “se daba paso a la explotación comercial del parque”, como explica Arias. En temporada alta, al Tayrona pueden entrar más de 5.000 turistas por día, y en los últimos seis años esta concesión ha representado para Parques Nacionales ingresos por casi $6.300 millones. De hecho, como lo publicó El Espectador en octubre de 2012, es la única concesión rentable para sus administradores. En Gorgona, Amacayacu y Nevados, los concesionarios le han pedido a Parques Nacionales cancelar los contratos, aduciendo constantes pérdidas.
Aunque el contrato del Tayrona va hasta julio de 2015, el alto tribunal tendrá que analizar si lo deja sin efecto, como se pide en la demanda. Al cierre de esta edición, Parques Nacionales analizaba la información que tendrá que entregarle al tribunal el próximo lunes para que proceda a revisar si se faltó a la ley. Su directora, Julia Miranda, prefiere no pronunciarse hasta entonces. En el Ministerio del Interior también estudian la información.
Quien sí se expresó fue el presidente del grupo Aviatur, Jean Claude Bessudo, insistiendo en que nunca han desconocido los derechos de los indígenas y que éstos no tienen restricciones para circular por el área concesionada: “No pagan derechos de ingreso al Parque y son siempre bienvenidos”.
El Espectador consultó a expertos en derecho ambiental que coincidieron en que era necesario hacer la consulta. Gloria Amparo Rodríguez, directora de la especialización en Derecho Ambiental de la Universidad del Rosario, lo explica así: “Cualquier tipo de decisión administrativa o legislativa que afecte directamente a los pueblos indígenas y sus territorios tiene que ser consultada, y ésta era una decisión administrativa”.
Al final de cuentas, será la justicia administrativa la que determine si se violó o no la ley. Al respecto, Bessudo no parece muy preocupado: “Respetamos la tutela y acataremos cualquier decisión. Si tenemos que devolver la concesión, lo vamos a hacer”. Pero en juego está nada más y nada menos que la concesión en parques más rentable para Aviatur.
Dirección web fuente ELESPECTADOR.COM

viernes, 25 de enero de 2013

Revista Ecojugando número 1. Editorial: la defensa del bien común

El Instituto Ecojugando, comprometido con la naturaleza, la recreación y la cultura, entrega a todos ustedes la primera edición de nuestra revista (clic aquí para descargar); una publicación con sentido crítico, social y actual. Estamos interesados en conocer sus opiniones y sugerencias. Muchas gracias por estar con nosotros, a continuación nuestro primer editorial.
LA DEFENSA DEL BIEN COMÚN
Todo ser humano desea progresar, esto es un componente esencial de nuestra naturaleza, con miras a ése objetivo cada persona se prepara académicamente, perfecciona sus habilidades, trabaja y compite con sus semejantes en la pugna permanente de la vida.
Sin embargo en esta dinámica puede suceder que en la búsqueda del beneficio personal se olvide la necesidad de defender también lo que nos beneficia a todos; el progreso es una construcción integral del bienestar, que junto al desarrollo técnico involucra la protección de la naturaleza, el perfeccionamiento de la educación y el esfuerzo ciudadano por establecer un sistema social cada vez más justo.
Ahí radica la necesidad de que la ciudadanía entera permanezca unida entorno a las ideas y actividades que ayudan construir una nación cada vez más fuerte, como la que por estos días empieza a gestarse en Valledupar, el Comité Cívico por la Defensa de Emdupar, constituido el pasado 19 de diciembre en el auditorio de ADUCESAR por una amplia diversidad de sectores sociales como ambientalistas, sindicatos, ligas de usuarios, juntas de acción comunal y partidos políticos de izquierda, centro y derecha.
El fin de esta iniciativa ciudadana será lograr que Emdupar sea conservada como un patrimonio público, pues en este momento las acciones del alcalde Freddy Socarrás han ido encaminadas hacia su privatización, un proceso nebuloso que ha incluido la modificación express de sus estatutos (a puerta cerrada) y del que ni siquiera el Concejo Municipal ha tenido conocimiento abierto y a tiempo, como lo manifestó su Presidente José Santos Castro, durante la asamblea constitutiva del comité.
Resulta triste ver como en los últimos 25 años las empresas estatales de orden nacional, departamental y municipal, han pasado por un proceso de liquidación que sólo ha beneficiado a los monopolios que las han adquirido a menos precio del que tienen en realidad, todo en nombre de la apertura económica y la libre empresa.
La idea de que el capital privado participe en las empresas de servicios públicos puede ser provechosa para la sociedad, pero ¿por qué a costa de lo que millones de ciudadanos han construido a partir de sus impuestos? Si quieren participar del negocio que inviertan en infraestructura y construyan redes de energía, telecomunicaciones, acueducto y alcantarillado ¿por qué tiene que entregarse el patrimonio público, el poder estatal y la planificación económica a cambio de unos pocos centavos?
Por último y en coincidencia a la privatización de Emdupar, empieza a barajarse nuevamente la construcción de la represa Los Besotes, una necesidad para Valledupar y su área metropolitana desde hace muchos años, principalmente en materia de suministro de agua potable, distritos de riego y generación eléctrica; sin embargo el lado oscuro de este asunto ya se deja ver, con intereses privados sedientos de su operación, pero con el municipio endeudado para su construcción.
La educación, la salud, la ética pública, los derechos laborales, la vivienda digna y los servicios públicos son causas sociales que necesitan la participación de todos para ser una realidad, el Comité Cívico por la Defensa de Emdupar es una muestra de ello, apoyarlo es tarea de todos, adelante.
JOSE LUIS ROPERO DE LA HOZ
Director Instituto Ecojugando
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miércoles, 23 de enero de 2013

Cerro Matoso: se entregó la mina en lamentables condiciones




Un análisis cuidadoso del acuerdo entre el gobierno y la minera revela que se cedió en todo: hoy la mina pasa al control total e indefinido de una multinacional ventajosa y oportunista, en condiciones lamentables para el Estado.

Álvaro Pardo / Director Colombia Punto Medio *

Se entregó la mina
En medio del bombardeo publicitario de las últimas semanas, la autoridad minera se esforzó por destacar como un gran logro el compromiso de inversión social consignado en el acuerdo de prórroga del contrato de Cerro Matoso.
Pero una lectura tranquila del documento revela que el gobierno nacional entregó su única mina de níquel en condiciones lamentables, prácticamente a perpetuidad, asumiendo los riesgos empresariales que en derecho debía asumir la multinacional.
Pese al concepto del Consejo de Estado — que avaló la inclusión de dos contratos de concesión en uno de aporte — en la memoria de muchos persistirán las dudas jurídicas respecto de un abuso del derecho que, bajo la mirada complaciente de una autoridad improvisada, permitió a esta poderosa multinacional mantener el control de un recurso natural no renovable, estratégico, escaso en el país y en el mundo… y fundamental para la industria moderna.
Prórroga infinita
BHP Billiton y las autoridades tuvieron que hacer verdaderas maromas jurídicas para lograr en medio del mayor sigilo incorporar los contratos de concesión 866 y 1727 al contrato de aporte 051 de 1996.
Próximo al vencimiento del contrato 866 y 1727 en el semestre pasado, el país presenció un debate en el que se expresaron la crítica de un sector del Congreso, el rechazo de la comunidad, autoridades locales y diversas organizaciones sociales, las advertencias de la Contraloría General, pero también la defensa a ultranza de la autoridad minera por los “derechos adquiridos” por Cerro Matoso S.A. (CMSA).
Y como quienes a media noche se reúnen a escondidas para repartirse un botín, la autoridad minera anunció el 28 de diciembre el otrosí Nº4 al contrato 051/96, que permite a la minera explotar los yacimientos — no ya hasta el 2044, como eran sus intenciones — sino hasta el infinito, gracias a “que podrán convenirse nuevas prórrogas, la primera por un término de 20 años, en los términos y condiciones que se acuerden en el momento”.
Los argumentos de la parte interesada para lograr las mejores condiciones en el nuevo contrato consistieron en destacar la pérdida de competitividad del yacimiento debido a la declinación natural del tenor del mineral, el agotamiento natural del mineral de mayor tenor y el riesgo de que el contrato 051/96 terminara antes de tiempo por falta de inversiones, si no se acordaban prórrogas adicionales.
En el debate del año pasado en la Comisión Quinta del Senado, el entonces ministro de minas, Mauricio Cárdenas, dijo que el Ministerio disponía de estudios confiables que confirmaban la caída del tenor del níquel. Cuando le fue solicitada una copia del documento, Cárdenas entregó un “estudio” de dos páginas donde se repetían los argumentos de la multinacional. Si estos “estudios” fueron la base de la renegociación… ¡ vergüenza para Colombia!

Salpicón express
Las partes tomaron los aspectos que más convenían de diversas normas mineras para elaborar un documento que sólo tiene un beneficiario: CMSA.  El otrosí incluye normas del decreto 2655 de 1988 (sin vigencia), y de las leyes 141 de 1994, 685 de 2001 y 1382 de 2010. Pero cuando lo necesitaron, optaron por acudir de una vez a la facultad que tienen las partes en los contratos de aporte minero para negociar libremente y sin restricciones.
Excepto un estudio oficial que se hubiese realizado en los últimos meses, la autoridad minera aceptó todos los argumentos de CMSA, se amedrentó frente a la posibilidad de que la compañía abandonara la mina, y aceptó que el Estado asumiera los riesgos empresariales de Cerro Matoso, manteniendo el carácter privado de las ganancias.
El dúo Renjifo–García también sucumbió a la retórica del coro gremial minero: la minería genera empleo, impuestos, regalías, trae crecimiento, bienestar y prosperidad. Nada de esto han visto ni por asomo los habitantes de Monte Líbano y sus alrededores en 30 años de operación. 

Trampa en los precios de transferencia
Según la parte interesada, la viabilidad de la mina depende de introducir una nueva y costosa tecnología para el tratamiento de minerales de bajo tenor, mediante un proceso de lixiviación.
En el resumen ejecutivo de un  documento enviado por CMSA el 30 de agosto de 2012 al Ministerio de Minas y Energía (MME), esta compañía informa que BHP Billiton y CMSA tienen “el conocimiento único y de punta en la industria del níquel para el procesamiento de lixiviación en pila”.
De manera que cuando el otrosí autoriza a CMSA para subcontratar el procesamiento de mineral mediante lixiviación con vinculados económicos, están hablando de incorporar a otra empresa del mismo grupo BHP Billiton, para operar la nueva planta, que además se pretende construir en una zona franca.
La Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCDE) ha llamado la atención durante varias décadas sobre actividades entre vinculados económicos, por ser esta una práctica deshonesta de las multinacionales: estas compañías maximizan sus ganancias reduciendo los impuestos y regalías a pagar, mediante el manejo amañado de los costos operativos entre vinculados, que las autoridades locales no pueden vigilar.
Los estudios de precios que la compañía deberá presentar para demostrar que opera a precios de mercado es un saludo a la bandera, pues precisamente son muy pocas en el mundo las compañías especializadas en lixiviación del níquel.
Les dieron caramelos
El ministro de Minas, Federico Renjifo, y la presidenta de la Agencia Nacional de Minerales, Maria Constanza García, alardean acerca del monto de las compensaciones y del alza en las regalías pactadas con CMSA.
Si bien la compañía se compromete a pagar de inmediato una prima de contratación por 20 millones de dólares, otros 20 millones de dólares dependerán de decisiones propias de la compañía para elevar la capacidad de procesamiento de minerales.
También tendrá efecto inmediato un alza de un punto en las regalías — de 12 a 13 por ciento — pero el aumento de otro punto adicional queda sujeto a la expansión de la capacidad de procesamiento de la planta.
En suma, varios de los “logros”, económicos pactados dependen de decisiones internas de la compañía y son por ahora meras expectativas.
Pero ese punto adicional de las regalías, que compensa el canon de arrendamiento de los bienes e inmuebles de Cerro Matoso que debían revertir al Estado el pasado 1º de octubre, no ingresará al Sistema General de Regalías (SGR), sino que al convertirse en una compensación, se distribuirá entre un 55 por ciento para la Corporación del Valle del Sinú y el San Jorge (CVS), y lo restante para el departamento y los municipios productores y portuarios.
El otrosí transfirió alegremente unos ingresos que le pertenecían a todos los colombianos a través del SGR, a una Corporación que ha sido una entidad prácticamente al servicio de la multinacional.
A propósito de las regalías, nada se acordó con relación al hierro, un mineral que se exporta en aleación con el níquel (ferroníquel) y que desaparece del mapa una vez sale de puerto colombiano. ¿Sabe la autoridad minera cuál es el destino del hierro? No basta con que digan que lo separan del níquel y lo desechan. ¿No deberían también pagar regalías por el hierro?
Tampoco se dijo nada del hallazgo de la Contraloría General de la República con respecto a unas regalías mal liquidadas por CMSA en el periodo 1998- 2003 y cuyo monto asciende a unos 62.000 millones de pesos. ¿El no pago de las obligaciones contractuales no es causal de terminación del contrato?
Un mal chiste
Las partes acordaron una inversión social regional de 10 millones de dólares hasta diciembre de 2016 y CMSA invertirá en programas sociales el 1 por ciento de sus utilidades antes de impuestos, o 2,5 millones de dólares (unos 4.400 millones de pesos) si las utilidades fueran inferiores a esta cifra. 
La inversión de 10 millones dólares es lo mínimo que podría hacer esta compañía para compensar las externalidades negativas causadas por la operación: no es un favor, es su obligación.
Con respecto a la inversión de unos 4.400 millones de pesos anuales en responsabilidad social — el aspecto más destacado y publicitado por el ministro Renjifo y la señora García — no pasa de ser un mal chiste.
El Resumen Ejecutivo enviado el 30 de agosto de 2012 por CMSA al MME dice: “En 30 años, CMSA ha hecho una gran inversión social… cifra que en los últimos cinco años ascendió a más de 44.000 millones de pesos”, es decir, 8.800 millones anuales.  Más del doble de lo que ahora anuncian con bombos y platillos para financiar programas sociales en la zona de influencia.
Agregan que estos recursos van a ser ejecutados por la misma empresa o por sus fundaciones. La empresa no tiene capacidad para desarrollar estos programas, nunca lo ha hecho, por lo que serán ejecutados a través de sus fundaciones.
Estas donaciones serán descontadas después de la renta gravable de CMSA,  haciendo uso de un beneficio que ofrece el “equitativo” estatuto tributario del ministro Mauricio Cárdenas.
Mount Lebanon
Resulta confusa y vaga la cláusula que obliga a esta compañía a cumplir con sus obligaciones ambientales:
·         En primer lugar, no es competencia del Ministerio de Minas determinar los requisitos y condiciones ambientales de CMSA, pues para ello existe el Ministerio de Ambiente y la ANLA;
·         En segundo lugar, la vaguedad de la redacción busca que la empresa siga utilizando una licencia ambiental de 1981 para continuar operando, desconociendo lo señalado y exigido por la ley 99 de 1993 y sus desarrollos hasta la fecha.
Dice el fallo del Consejo  de Estado que es “un deber constitucional del gobierno velar por que el contrato, en sus nuevos términos, guarde armonía con los modernos estándares de la legislación minera y ambiental, y proteja eficazmente el patrimonio de la Nación”.
El dúo dinámico se saltó el concepto del Consejo de Estado en lo ambiental y lo minero. Por ejemplo, Ingeominas aprobó en 2005 una reforma integral a los contratos 866 y 1727, para que se rigieran por la ley 685 de 2001. Pero al suscribir el otrosí #4, se olvidaron de ello y los trataron como los viejos contratos de los años sesenta.
El otrosí aprobó un canon de 5 dólares por hectárea / año, es decir, unos 8.000 pesos al cambio actual, monto ostensiblemente inferior al establecido por la ley 1382 de 2010 (que reformó temporalmente la ley 685 de 2001), y que para el caso de CMSA habría sido de 29.475 pesos por hectárea / año. ¿No se produjo un detrimento patrimonial? Ojalá la Contraloría tome cartas en el asunto.
No se establecieron obligaciones para la devolución de área, se prorrogó hasta el 2020 el periodo de exploración — este debe ser el único contrato en el mundo que dispone de 21 años para explorar: de 1999 al 2020—, penaliza a los funcionarios públicos que entreguen información sobre Cerro Matoso acudiendo a normas derogadas y amarra el incremento de varias de las obligaciones económicas al Consumer Price Index All Urban Consumer de ¡Estados Unidos!
¿Habrá confundido la autoridad minera a Mount Lebanon en el Estado de Nueva York con el municipio de Montelibano en Córdoba, Colombia? En algunos años, ese índice de precios es negativo, es decir, que cuando eso ocurra el gobierno no sólo no recibirá nada en compensación por los bienes que han debido revertir, sino que de pronto vamos a tener que pagarle a CMSA por su uso. Lindo negocio.

*  Director de Colombia Punto Medio.












domingo, 13 de enero de 2013

De Santurbán al Tayrona

Por: Alfredo Molano Bravo

La creación del Parque Natural Regional en el páramo de Santurbán con 11.800 hectáreas es un triunfo neto del movimiento cívico y ambientalista contra las pretensiones de las multinacionales auríferas —Aux Gold, Eco Oro Minerals Corp, Leyhat Colombia, Galway Resources, Calvista Gold Corporation, Auro Resources Corp, Cb Gold, Continental Gold, Cvs Explorations— que han considerado de su propiedad todo el macizo.


El conflicto es en el fondo oro versus agua; oro para los bolsillos de unos pocos empresarios canadienses, agua para una población de 1’200.000 habitantes. Se falló a favor de la gente. Un gran logro tanto para el movimiento cívico como para el Instituto Humboldt, que tuvo a su cargo el argumento ambiental. Las empresas mineras consideran que el páramo es la piel, y lo que está por dentro, “huesitos y carnita” —como decía Uribe, quien les dio todas las gabelas tributarias y ambientales—, es de ellas. El proyecto era una gran mina a cielo abierto para saquear el macizo y dejar un hueco para criar peces. Era irritante la grosería de la propuesta que la Corporación para la Defensa de Bucaramanga se comió entera. Para bien del país, reaccionó la gente, pero para mal del país, los empresarios optaron por sacar el oro haciendo socavones. Es decir, disfrazar el saqueo, porque los túneles necesariamente afectan los ríos subterráneos de la cordillera y por tanto los ríos que alimentan los acueductos de Bucaramanga, Floridablanca y Girón. Más aún, se defenderá el páramo, pero los socavones que empiezan en los 2.800 metros —200 metros abajo de la cota donde comienza el parque— se podrían construir en cualquier dirección: hacia arriba o hacia abajo, hacia un lado o hacia el otro y podrían drenar las 32 lagunas del páramo para usar esa agua en el lavado del mineral aurífero. Sobre este punto no existe claridad jurídica y por tanto las empresas podrán engatusar al país y hacer lo que les dé la gana.
Como les está dando la gana hacer a las empresas de los Dávila, los Solano y los Bessudo en el Tayrona. ¿Qué podría pensarse si en el Parque Nacional Olaya Herrera se decidiera construir, en el sitio donde está el reloj suizo, un hotel para que se alojaran los altos ejecutivos de Ecopetrol o de Pacific Rubiales? Se me dirá que la analogía es traída de las mechas, y lo es, sin que ello impida ver lo que se juega con ese fuego desde varios ángulos sobre el parque Tayrona. La cuestión es simple: las construcciones turísticas que se están proyectando —tanto como la ya existente— limitan el goce público de un bien público, a favor de unos pocos. El mismo caso de Santurbán. Al Tayrona le tienen puesto el ojo —con sobrada razón— las empresas mundiales de turismo, y si no defendemos ese patrimonio ambiental, terminaremos siendo excluidos de esas zonas. El proyecto de Los Ciruelos le hinca el diente a un bosque seco tropical, el único que queda en el país. El Ministerio de Medio Ambiente hizo severas advertencias a la Agencia de Licencias Ambientales, pese a que el gobierno de Uribe había autorizado las construcciones hoteleras. La recién creada Agencia está a cargo de la doctora Luz Helena Sarmiento, quien trabajó con la empresa explotadora del Cerrejón. En La Guajira se le conoce como la mano derecha de las grandes mineras. ¿Qué se podrá esperar ahora de sus conceptos y decisiones ambientales? El ministro de Medio Ambiente tiene por ahora la palabra y la Corte Constitucional la última. Permitir despresar el Parque Tayrona, la joya ambiental del país, es permitir entrar a saco a los demás parques.

miércoles, 9 de enero de 2013

Sí Hay con Qué, las Cifras lo Dicen

COMISION NEGOCIADORA SINTRACARBON,COMUNICADO N° 22

En el desarrollo de este proceso de negociación, la compañía Carbones del Cerrejón, propiedad de tres grandes multinacionales (BHP Billiton, Angloamerican y Xstrata-Glencore), ha manejado un discurso contradictorio. Por una parte, difunde a los cuatro vientos su buen momento en cuanto a la superación de sus metas de producción y exportación de carbón para 2012; y por la otra, ante sus trabajadores - los verdaderos responsables de ese buen momento - maneja un argumento repetitivo y lastimero, casi de quiebra, que lo materializa con una avara oferta ante las peticiones justas que se le presentaron desde el 29 de noviembre pasado y que discutiremos hasta el día 19 de este mes.
Bien ha dicho Cerrejón, que en 2012 tenía planeado producir 33.3 millones de toneladas de carbón y llegamos a 34.6, es decir, un 4% más. Asimismo, su plan era exportar 32 millones de toneladas y logró enviar al mundo 800 mil más. Pero el asunto no se queda allí, ya que continúa con su proyecto de expansión (el P40), para elevar su producción a 40 millones de toneladas en apenas 2 años y con una inversión de 1.300 millones de dólares. Si bien reconoce que todo esto es “gracias al trabajo y la constancia de sus colaboradores”, parece que sus planes con nosotros, los obreros, se reduce a palmaditas en la espalda sin una justa distribución de las utilidades entre quienes generamos ese incremento productivo. Es decir, que le produzcamos más para que los dueños ganen más, pero que a la casa solo llevemos diplomas y medallitas, mientras crece nuestra problemática en salud, educación, ascensos, insolvencia y prestaciones económicas.
Que ponga las metas que quiera, su fuerza laboral se le mide. Pero acompañado de incremento en beneficios sustanciales en lo laboral, lo económico y lo social porque sabemos que hay con qué. Ésta compañía multinacional está entre las más grandes e importantes del país. Actualmente ocupa el puesto 18° entre las más grandes en inversiones, el 6º en ventas o ingresos operacionales y es la 3° en cuanto a utilidades o ganancias netas. En la minería del carbón, Cerrejón es la segunda en inversiones después de la Drummond, y la primera en ingresos operacionales y utilidades netas.
Según datos oficiales más recientes, las inversiones de la empresa o el activo total, presentaron un crecimiento en un solo año del 24.52%. Igualmente, su utilidad neta ascendió al 37.8%. La rentabilidad de Carbones del Cerrejón, según los expertos, es envidiable, ya que ascendió al 25.51% mientras que el promedio del sector, subió solo al 6.1%.
Por cada 100 pesos que le ingresan a Cerrejón, la empresa se gasta 53 en costos de producción y de estos, para cubrir la totalidad de los costos laborales destina apenas 6.50 pesos, incluyendo salarios, prestaciones, beneficios convencionales, seguridad social, cesantías y parafiscales. En otras palabras, si la intención es reducir costos y gastos, la compañía tiene un amplio panorama de donde puede echar mano, distinto al de su población trabajadora.
Todas estas cifras, dan cuenta entonces de la solidez financiera de esta multinacional. No en vano, sus accionistas planean invertir en ella 1.300 millones de dólares. No se entiende entonces que con esa solidez, Cerrejón, sin ruborizarse, presente a consideración de sus trabajadores dejar los beneficios convencionales tal como están, con apenas una indexación en los criterios económicos del 2.44% (en algunos puntos, para el trabajador el incremento es solo 2 mil pesos) y en salarios, del 3.44% para 2013. Muy lejos, lo hemos dicho, del aumento que nos hemos ganado al lograr superar las metas corporativas e, incluso, muy lejos de los aumentos que nos merecemos y nos hemos ganado tradicionalmente en convenciones pasadas.
Hoy, luego de haber discutido por 29 días y a escasos 11 de la terminación de la etapa de arreglo directo, las posibilidades de terminar en un acuerdo negociado se ven lejanas. Los trabajadores no aceptaremos, en ningún caso, que los dueños de esta empresa aumenten sus ganancias a costa de nuestro sudor y sin una justa compensación. Con este panorama tan crudo, se presenta la situación de hoy, sin asomo de convenio en punto alguno, como si fuera el primer día de conversaciones. Es hora entonces, de que vayamos teniendo conciencia de lo que significamos para Cerrejón y qué camino debemos tomar después del cercano 19 de enero. Lo que ha de ser, que sea.
Siempre adelante… Ni un paso atrás.
Barranquilla, 8 de enero de 2013.
COMISIÓN NEGOCIADORA